Era un día como cualquier otro a diferencia de que estábamos en casa y con un día que nos tomaríamos libre.
En ese momento a uno de nuestros “roomies” se le ocurre aventar esa propuesta con toda la intención, ¿y si vamos al Bar Bura?, mientras cada quien reposaba en un sillón, nos miramos unos a otros y dijimos casi sin pensarlo, ¡va!, cosa que era muy rara para ponernos de acuerdo con lo que sea.
Era un día que no pintaba muy bien estaba algo nublado por la mañana y pensamos que no tendríamos buena vista, pero como si pareciera raro, todo se despejó dejando solo unas huellas nubes en el cielo que enmarcaron una tarde muy bonita.
¿Por qué el Bar Bura?, porque es el único Bar en la zona vinícola que tiene una vista hacia el mar, y esto es posible porque están ubicados a ambos costados de la carretera libre Tijuana Ensenada. Prácticamente no están dentro de la zona del Valle de Guadalupe, pero siempre se les considera así por la gente que visita este lugar.
Cuatro cuatros es impresionante en espacio, tienen un terreno masivo sobre esta zona.
Al llegar a la vinícola nos ofrecieron los vinos de la casa, en aquel entonces estamos hablando de 3 vinos que reposaron 44 meses en barrica de roble francés y un año en la botella, estos vinos eran Merlot, Cabernet Suavignon y Cabernet Franc, el precio era de $1000 pesos por botella o $500 pesos por la degustación de los 3 vinos. Por otro lado, nos ofrecieron 2 vinos jóvenes, un ensamble tinto de Grenache, Syrah y Tempranillo y un vino blanco de uva Grenache Blanc. Las botellas tenían un costo de $450 y $400 pesos respectivamente.
Aquí viene el primer TIP, si van a Bar Bura compren una botella abajo, porque en Bar Bura los precios aumentan 100 pesos y lamentablemente eso nos pasó.
Pero bueno, aquí viene algo malo a nuestro parecer y aún peor en estas fechas, si quieres ir a Bar Bura en la actualidad (covid-19) debes reservar forzosamente y te piden un consumo mínimo por persona de 700 pesos, además debes pagar 200 pesos para que un transporte te lleve de la vinícola principal hasta el Bar Bura. Cuando subimos nos costó 100 pesos, y no nos pidieron un consumo mínimo, también nos regalaron una cerveza para el camino.
Dejando lo anterior de lado es de reconocerse que conforme se empieza a subir, la emoción comienza a fluir, es como si no supiéramos lo que había del otro lado, una sensación de aquellas cuando era niño y me llenaba de ilusiones por algo nuevo.
Al alcanzar el punto más alto por fin teníamos al Bar Bura frente a nosotros, claro que es muy lindo, es una vista impresionante, claro que este tipo de vistas se pueden obtener gratis en el mirador de la carretera escénica, pero ¡ey!, aquí hay vino, comida y un espacio acoplado para que disfrutes de más, una vista así de maravillosa.
Nos pasó lo antes escrito, nos decidimos por el ensamble de tintos y en efecto, en lugar de costarnos $450, nos costó $550, sinceramente estábamos ahí por la vista y no tanto por el vino, acerca del vino, ¡meh!, un vino bueno a secas, aromas frutales fuertes, muy suave en boca, ligero y fácil de tomar, creo que estuvo perfecto para simplemente disfrutar de un atardecer inolvidable.
Conforme pasó el tiempo la música se ponía cada vez más agradable y de repente ¡pum! alguien se declara frente a todos, una declaración de matrimonio, algo emocionante, muy buen momento, creo que no solo fue inolvidable solo para ellos. Nuestra tarde transcurrió y todo fue muy relajante, gratificante, algo que cuando sabes que lo mereces debes estar ahí.
A la pregunta inicial ¿vale la pena?, tengo dos respuestas, pero primero debo preguntarte, ¿tienes varios días para visitar esta zona vinícola?, si tu respuesta es no, no vale la pena que visites Bar Bura, ya que por los tiempos y por ver el atardecer que es lo que realmente vale la pena aquí, tienes que dedicarle el día completo a visitar este lugar. Si tu respuesta es sí, entonces no puedes perdértelo, de verdad.
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